domingo, 10 de marzo de 2013

Dieta mediterránea.

Se llama dieta mediterránea al modo de alimentarse basado en algunos patrones dietéticos de los países mediterráneos, especialmente: España, sur de Francia, sur de Italia, Grecia  y Malta. El 16 de noviembre de 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad  en una denominación conjunta de España, Grecia, Italia y Marruecos.
Las características principales de esta alimentación son un alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos), pan y otros cereales (siendo el trigo el alimento base), el aceite de oliva como grasa principal, el vinagre y el consumo regular de vino en cantidades moderadas.





 

El aceite de oliva.

Es uno de los pilares de la alimentación mediterránea. Constituye la principal fuente de grasas, así como el principal medio de elaboración culinaria. Presenta incluso un valor preventivo para la arteriosclerosis. Es el aceite más adecuado para freír por su mayor estabilidad a temperaturas elevadas.






Las legumbres, cereales (pan, arroz y pastas) y las patatas.
Aportan gran cantidad de hidratos de carbono de absorción lenta, además de proteínas, vitamina B, minerales y fibra.



Frutas y verduras.
Salvo excepciones como los frutos secos, no contienen grasas y sí son una importante fuente de fibra, vitaminas y minerales. 




El pescado.

Contiene proteínas parecidas a las de la carne y de igual valor biológico, además contiene menos grasas.




Beneficios.

Las propiedades saludables que se le atribuyen se basan en la constatación de que, aunque en los países mediterráneos se consume más grasa que en los Estados Unidos, la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menor. Las causas de tales propiedades parecen estar en el mayor consumo de productos ricos en ácidos grasos monoinsaturados, presentes en el aceite de oliva (que reduce el nivel de colesterol en sangre). También se atribuye al consumo de pescado, en especial pescado azul, y, finalmente, al consumo moderado de vino tinto.Llevar un régimen de dieta mediterránea se asocia a menor índice de obesidad abdominal, que predice el riesgo de diabetes,hipertensión, infarto o de accidente cerebrovascular. También mejora el desarrollo embrionario y fetal.





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